Dentro de las razones que hacen que el pádel continúe su progresivo crecimiento, y al margen de los que hacen de la práctica de éste un auténtico fenómeno social de indudable éxito, es la fórmula de cuatro jugadores, y el espacio de juego reducido que promueve la socialización lejos de los dispositivos electrónicos, además la relativa simplicidad técnica permite el acceso al deporte con un alto grado de divertimento incluso a neófitos del pádel.
Existe otra razón relacionada con la rentabilidad en las instalaciones deportivas por el espacio ocupado en relación al número de jugadores con respecto a otro tipo de instalación deportiva.La ecuación más generalizada es de 1 jugador por 50m2 para el pádel frente a 325 m2 por jugador del tenis o 80 m2 por jugador en futbol sala.
Esto hace que se estén llevando a cabo numerosas transformaciones de pistas deportivas polideportivas a pistas de pádel (según gráfico), siendo especialmente rentable en el caso del tenis donde el mismo espacio donde juegan dos jugadores de tenis (máximo cuatro en caso de dobles) con una pequeña ampliación se pueden transformar en hasta cuatro pista de pádel, donde juegan dieciséis jugadores, multiplicándose la ocupación por ocho (cuatro en el caso de dobles).
Económicamente la situación también es clara, por el importe de una hora de tenis, en el mismo espacio se recauda el triple o cuádruple, con la percepción del cliente de menor coste al dividir la cuota entre cuatro.
En el plano formativo, si bien es cierto que el aprendizaje técnico para pádel es menor que en tenis también es cierto que el número de usuarios dispuestos a mejorar su técnica es mucho mayor, no olvidemos que es un deporte muy competitivo, se ha multiplicado por muchísimo.
Todo esto puede parecer que va en contra del tenis, un deporte mucho más universal, técnico y con mayor alcance mediático, en realidad no, los jugadores de pádel van evolucionando y ven el tenis como un grado superior, por lo que con el tiempo muchos optan por comenzar cursos de tecnificación y practicar ambos deportes en paralelo.
¿Por qué tiene tanto éxito el pádel?
Es un deporte ameno. El pádel es un juego muy divertido y dinámico. Al jugar en pareja contra otra pareja nos permite trabajar la cooperatividad y la competitividad al unísono. Permitiéndonos disfrutar de su dinamismo y dejar apartados los problemas cotidianos.
Juego intuitivo. Aprender a jugar al pádel es muy sencillo. No requiere habilidades ni dinámicas complejas. Los golpes más básicos se aprenden en una primera sesión y la curva de aprendizaje en las primeras etapas es muy rápida, prácticamente vertical. Por ello podemos decir que aprender a jugar al pádel es sencillo.
Físicamente moderado. Para practicar pádel no es necesario un estado físico muy desarrollado, es un deporte con un consumo energético razonable. Si bien podemos llevarlo a un nivel muchísimo mas competitivo y hacerlo un deporte de verdadero desgaste.
Deporte económico. En sus inicios el pádel tomo fama de ser un deporte caro no apto para todos los bolsillos. En la actualidad su auge ha hecho posible que los accesorios necesarios sean mucho más asequibles, pudiendo encontrar palas de buena calidad por poco mas de 30€ y calzado apropiado por algo más de 12€. Hoy en día ya no es una excusa para no practicarlo. Además, el precio de las pistas ha descendido bastante y a eso le tenemos que sumar el hecho de que se paga entre 4.
Espacio reducido. Las dimensiones de la pista de padel, 20 m x 10 m, hace que sea de fácil ubicación. Siendo muy sencillo integrarla en comunidades, espacios al aire libre, zonas deportivas, etc. En comparación con otros deportes su ocupación de 200 m2 la hace muy atractiva para espacios limitado
Deporte social. El juego rápido y desinhibido del pádel en conjunto con la practica en pareja hace de este un deporte una herramienta social, donde la facilidad para las bromas y los “piques sanos” salta desde el minuto 0. Además la posibilidad de retar a otras parejas le da un atractivo importante.
Ideal para los más pequeños de la casa. El tipo de instalación de las pistas sin elementos agresivos ni peligrosos, un terreno de juego claramente delimitado, un cerramiento perimetral que hace que las bolas siempre estén al alcance de las manos, hacen de este deporte el juego ideal para los niños, donde podrán desarrollar su psicomotricidad y sus aptitudes sin entrañar ningún tipo de riego ni lesiones. Todo ello envuelto en un halo de diversión y juego.